Veinte pitadas - Marcelo Filzmoser
FICHA BIBLIOGRÁFICA
Autor: Marcelo Filzmoser
Género: cuento
Páginas: 120
ISBN: 978-987-88-4907-2
Editorial: Esa luna tiene agua
Serie: Cuarto creciente (cuento)
Año: 2022
Edición: 1° - 2° reimpresión
Formato: libro impreso 21 x 15 cm
SOBRE EL LIBRO
Los personajes de Veinte pitadas viven dentro del duelo. Empantanados en el lodo de la vida, encapsulados en un hoy que resiente el ayer. Frágiles, gastados, vencidos, exhalan el humo espeso de la resignación, maldicen la finitud, hacen una mueca de desprecio y escupen al piso. Cada cuento es el resto de la historia, la parte que no figurará en ninguna autobiografía. La escritura de Marcelo Filzmoser reúne el talento verdadero (esa clase de talento que no se puede disimular) con un saber hacer consciente, un pulso amaestrado por el oficio.
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SOBRE EL AUTOR
Marcelo Filzmoser nació en la ciudad de Buenos Aires en 1977. Realizó talleres y clínicas literarias con escritores como Carlos Bernatek, Pedro Mairal, Selva Almada, Julián López y Alejandro Crotto. Fue premiado y editado en diversos certámenes, entre los que cabe mencionar el Leopoldo Marechal (2008), el Itaú (2012) y el Audiocuentos (2018), donde fue ilustrado por Rep. Más de treinta de sus cuentos fueron publicados en el Periódico Irreverentes de España. Escribió la columna “Apuntes miopes” para la revista Qu y colaboró en la línea editorial y el diseño. En 2020 publicó Carcaj, una serie de poemas escritos durante los últimos años. Acaba de terminar de escribir su segunda novela.
CONTRATAPA
El humo como metáfora de lo que se escapa.
Ese cigarrillo que encendemos para detener el tiempo.
En Veinte pitadas, los personajes se aspiran a sí mismos para volverse ceniza, la brasa arde en su interior. Sienten el humo embriagador, como dice el tango, de eso que les falta, de esa lluvia que no está, de esa palabra que no existe. Se definen y se descubren en aquello que no son. Porque el no es una potencia que los persigue y arrasa.
Francisca Mauas
Empantanados en el lodo de la vida, encapsulados en un hoy que resiente el ayer, los personajes de Veinte pitadas exhalan el humo espeso de la resignación, maldicen la finitud, hacen una mueca de desprecio y escupen al piso. Cada cuento es el resto de la historia, la parte que no figurará en ninguna autobiografía. La escritura de Marcelo Filzmoser reúne el talento verdadero (esa clase de talento que no se puede disimular) con un saber hacer consciente, un pulso amaestrado por el oficio.
María Staudenmann
En Veinte pitadas, la tristeza, la soledad, los silencios, la rutina hacen equilibrio entre las historias. Una prosa despojada de todo adjetivo innecesario, por momentos con la ferocidad de una navaja que abre mil heridas. Los personajes (acorralados por la vejez, hijos no deseados, perdedores de todo) nos llevan a un universo tan gris como luminoso. Filzmoser escribe cuentos de abandono y sentimientos engañados con una elegancia no siempre vista.
Marcelo Rubio